Lo que sembrares, eso también segarás (cosecharas)

La tendera y la panadera   (cuento popular)

Panadera: ¡Ingrid!

Ingrid: ¿Qué quieres, mama?

Panadera: Ven un momento, por favor, ... ve a la tendera y compra un kilo de lentejas porque sino no tenemos nada para los invitados de mañana.

Ingrid: Si ya voy... ¿Dónde quieres que las compre? ¿Voy a la tienda de María?

Panadera: Si ves allí, pero no tardes ni te entretengas a jugar con tu amiga.

Ingrid: (en la tienda) ¡Hola Sra. María!

Tendera: ¡Hola Ingrid! Buenos días. ¿Qué querías hoy?

Ingrid: Un kg de lentejas. Tenemos invitados mañana y mi madre quiere hacer lentejas. ¡con lo poco que a mi me gustan!

Tendera: Ayyy esta niña. Tienes que comer de todo. Yo a la mía no le perdono nada. Toma, aquí tienes las lentejas, un kg exacto.

Ingrid: ¡Vale! Aquí tiene el dinero. Hasta mañana.

(Horas más tarde en casa de la tendera) Tendera: ¡Cristi! Cristi: ¿qué quieres mamá?

Tendera: ¡ven aquí! ¡ve a comprar harina para el pan!. Tu padre no tiene bocadillo para mañana. Ve a casa de la panadera y dile que te de un kg. de harina Aunque esté cerrado tu llama que nos debe muchos favores.

Cristi: Si ya voy. (llega a la tienda y está cerrada. Pica en la casa.) Hola Sra. Panadera. Mire mi madre me ha dicho que le de un kg. de harina, y que si no está abierto que pique en casa, dice que usted  le debe muchos favores.

Panadera: Si hija, ahora mismo te lo doy. (baja a la tienda) ¿Dónde habré puesto las pesas? No las encuentro por ningún sitio. Necesito pesar un kg. No me extrañaría nada que las hubiese cogido Ingrid... ¡ah! Ya sé. Lo pesaré con el Kg. de lentejas que he comprado hoy. (coge las lentejas las pone en la balanza y va poniendo harina hasta llegar al kg. finalmente se las entrega a Cristi) Ten guapa esto es un kg. de harina. Da recuerdos a tu familia.

Cristi: Adiós.

A la mañana siguiente en el mercado del pueblo se encuentran la panadera y la tendera.

Tendera: Anda mira quién viene por ahí. Es la panadera, ahora me va a oir.

Panadera: ¡Buenos días Sra. María!

Tendera: ¡Buenos días! ¡qué gastando el dinero! ¿no? ¿Cómo hay gente que va robando poco a poco.

Panadera: ¿Qué dice usted  Sra. María? ¿a qué se refiere?

Tendera: No que ayer fue mi hija a comprar un kg. de harina y cuando llegó a casa y lo pesé en mi balanza había 750 g. ¿o no se había dado cuenta?

Panadera: Pues no Sra. Ahora si que me deja usted  sorprendida

Tendera: ¡Ah si! ¿por qué?

Panadera: Porque cuando vino su hija a buscar la harina no encontré las pesas de Kg. por ningún sitio y entonces cogí las lentejas que mi hija había comprado en su tienda y las utilicé como pesas de Kg. Ahora me doy cuenta que la timadora es usted 

¡Ves amiga/o! Ella misma cayó en su trampa. Esta historia ilustra muy bien lo que dice Dios en su palabra, lo que el hombre sembrare, eso también segará. Así que no te preocupes y tu sigue siendo honrada/o que algún día ellos ya pagarán  lo que están haciendo.